El agua de mar  es  rica en nutrientes, es decir, elementos beneficiosos, que incluyen magnesio, calcio, potasio, cromo, selenio, zinc y vanadio. La menor fotosíntesis de los planctones de las plantas, el consumo de nutrientes y la descomposición orgánica han provocado que muchos nutrientes permanezcan allí. Debido a esto, el agua de mar isotónica tiene potencial para convertirse en una buena fuente para la salud. Las investigaciones han demostrado que puede ayudar a superar los problemas de salud, especialmente los relacionados con el estilo de vida, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la obesidad, el cáncer y los problemas de la piel.

Lo que aprendimos desde pequeños

La lección básica en la escuela es que no podemos beber agua de mar porque provoca deshidratación. Pero la historia recuerda muchas historias de náufragos que sobrevivieron en islas desiertas durante largos meses, aunque sólo tenían unos pocos litros de agua dulce. ¿Cómo fue posible? Muy sencillo: descubrieron que el agua de mar diluida no sólo es inofensiva, sino que es beneficiosa. Por cierto, como declaró el respetado médico medieval Paracelso "Todo es un veneno. Sólo es cuestión de la dosis lo que determina si una sustancia es venenosa o no".

¿Podemos beber agua de mar?

El agua de mar es 4 veces más salada que nuestros fluidos corporales, lo que altera la ósmosis. Para que no sea dañina para el organismo humano, hay que respetar ciertas reglas al beberla. Podemos consumirla de dos maneras:

    Pura (es decir, hipertónica), que sólo bebemos en pequeñas cantidades que no causen deshidratación.
    Diluida con agua dulce para que contenga la misma concentración de iones que nuestros fluidos corporales - diluir el agua de mar 4 veces (proporción de 1:3; 1 parte de agua de mar + 3 partes de agua dulce) para obtener agua de mar isotónica.

El agua de mar es una rica fuente de minerales y otros elementos saludables, que ofrecen una serie de beneficios para el cuerpo humano. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no puede sustituir al agua dulce, y su consumo no sigue las mismas reglas.

Agua isotónica frente a agua hipertónica

Isotónica = agua de mar 4 veces diluida, que corresponde al medio interno del organismo y no supone una carga para éste. Se recomienda beber 1 l de agua de mar isotónica al día, obtenida mezclando agua de mar con agua dulce en una proporción de 1:3 (250 ml de agua de mar + 750 ml de agua dulce). Esta dosis diaria puede consumirse en varias porciones a lo largo del día.

Hipertónica = agua de mar sin diluir, que sólo puede consumirse en pequeñas dosis. Se utiliza, por ejemplo, para limpiar el organismo, para enjuagarse la boca o como spray nasal.

Diferencia entre el agua salada y el agua de mar

Quizá pienses: "¿Por qué beber agua de mar si puedo añadir unas cucharadas de sal al agua del grifo?".
La sal de cocina o sal comestible, NaCl (cloruro de sodio), se encuentra en la naturaleza en forma de un mineral conocido como halita. La sal de cocina es un compuesto inorgánico puro, que no ofrece un espectro tan amplio de beneficios como el agua de mar.

¿Por qué no beber agua con sal?

  • Cualquiera que haya probado alguna vez el agua de mar, aunque sea accidentalmente, debe admitir que es repugnante y totalmente inadecuada para beber en grandes cantidades. Lo mismo ocurre con el agua con sal. Si diluimos el agua de mar, su salinidad se reducirá y será consumible.
  •  Al disolver la sal marina pura en un vaso de agua, no obtendremos una bebida que contenga la forma orgánica de los minerales (producidos por el plancton) y otros compuestos como aminoácidos, enzimas, vitaminas, etc. Los minerales libres están presentes en el agua de mar hasta su evaporación, mientras que esta forma es más fácil de absorber para el organismo. Tras la evaporación, los elementos se combinan para crear compuestos, por ejemplo, Na + Cl da lugar a cloruro de sodio.
  • El agua de mar contiene aproximadamente un 10% menos de sodio que la sal refinada. Un hecho importante es la presencia de todos los oligoelementos en el agua de mar (78 minerales y oligoelementos en total), que se filtran de las sales purificadas. Esto significa que el cuerpo debe obtenerlos de sus propias reservas.
  • Si diluimos la sal marina purificada, es decir, limpia, blanca y seca (no hay que confundirla con la auténtica sal marina, que es de color grisáceo y está húmeda), obtenemos una solución con unos 5-8 minerales. Los minerales restantes se separan de la sal para su uso industrial.
  • Si disolvemos la sal de mesa refinada en agua, obtenemos una solución de cloruro de sodio con adición de yodo y otros aditivos para estructurar y blanquear.
  • La industria transformadora extrae 140 g de minerales de cada 1 kg de sal para su posterior transformación industrial.


   📒  Nota interesante: El agua cubre el 71% de nuestro planeta, de la cual el 97% es agua de mar y el 3% es agua dulce. Las personas sólo utilizan el 0,06% de este 3% de agua dulce, mientras que el 70% de esta fracción de porcentaje se destina al riego, el 20% a la industria y el 10% al consumo doméstico.

Agua mineral o agua de mar


¿Agua mineral o agua de mar? ¿Cuál contiene más sustancias beneficiosas? ¿Cuál es mejor para el organismo? Sin duda, ambas tienen mucho que ofrecer. Compruébelo usted mismo.

Para que nuestro cuerpo funcione correctamente, debemos suministrarle los nutrientes de los que extrae sus componentes individuales. Con los alimentos, el cuerpo recibe no sólo vitaminas, enzimas y ácidos grasos, sino también minerales que contribuyen a una serie de procesos en el cuerpo humano. Seamos sinceros. Los alimentos no contienen tantos minerales como antes, por lo que se utilizan ampliamente todo tipo de suplementos nutricionales con el objetivo de reponerlos. Entre ellos se encuentra el agua con la composición adecuada.
Agua mineral

El agua mineral se obtiene de fuentes naturales subterráneas ricas en diversos tipos de sustancias minerales. En Europa, fue durante mucho tiempo sinónimo de fuente termal. Debido a sus efectos beneficiosos, las aguas minerales se utilizaban abundantemente en la industria balnearia en forma de baños, envolturas, inhalaciones e internamente. La composición química y las características físicas determinan para qué dolencias es adecuada el agua. Ayudan a tratar la gota, los cálculos renales, los trastornos de la piel, los dolores articulares, la diabetes, los problemas respiratorios y muchas otras enfermedades.
Agua de mar

El agua de mar contiene una amplia gama de sustancias en forma orgánica, lo que

las hace más accesibles y fáciles de procesar para el organismo. Para lograr el efecto deseado, los minerales deben complementarse, idealmente todos a la vez, no uno por uno. A diferencia del agua mineral, el agua de mar contiene 78 minerales y oligoelementos, así como toda una serie de otras sustancias beneficiosas. De este modo, contribuye al buen funcionamiento del organismo humano.

En conclusión...

El agua de mar es más rica en minerales con estado de oxidación positivo (Mg, Ca, Na, K), oligoelementos y otras sustancias enriquecedoras y anhídrido sulfúrico, en comparación con las aguas minerales.


Se ha demostrado que el consumo de agua de mar mejora el nivel de colesterol y ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Reduce la presión arterial, la grasa y el peso corporal. Puede ayudar a tratar la diabetes, las cataratas, las úlceras y los trastornos de la piel, y protege el hígado. También se ha demostrado su potencial curativo para prevenir el crecimiento del cáncer y tratar la osteoporosis.


📒 ¿Se siente cansado, le cuesta despertarse por la mañana y siente falta de energía? El agua de mar puede ayudarle con estos problemas.


Además, la pureza de las aguas subterráneas se ve amenazada por la actividad humana y puede ser contaminada, por ejemplo, por la agricultura, la industria o la explotación forestal. El uso de fertilizantes, pesticidas u otros productos químicos inadecuados puede tener consecuencias indeseables para la salud de los seres humanos que consumen principalmente agua subterránea.


En la Tierra hay suficiente agua de mar que no está tan afectada por la actividad humana como para no ser apta para el consumo tras someterse a procesos básicos de depuración. Si la utilizamos como se recomienda, puede ayudarnos no sólo a prevenir enfermedades, sino a menudo a mejorar la evolución de dolencias ya existentes.


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